El romance de la Zángana o una historia sin futuro en cuatro folios



Folio 1

“La fecundación de la abeja reina se produce en el vuelo de fecundación o vuelo nupcial, que normalmente las reinas repiten en dos, tres y hasta en cinco oportunidades. Copulando en pleno vuelo para caer al pasto muchas veces juntos. Luego de la cópula el zángano muere dado que se desprende su aparato genital…”



Cerré la ventana del navegador y me quedé pensando. Podría ser una zángana, me dije y no precisamente porque se me hubiese desprendido el aparato genital. En ese momento una pregunta de lo más extraña rondó mi cabeza: si una abeja zángano supiera de antemano que va morir al copular con la abeja reina, ¿Qué camino escogería? Probablemente volaría hacia otra parte, bien lejos. Cualquier persona en sus cabales haría lo mismo… Cualquiera menos yo.

Con treinta y siete años, llevaba la vida que quería, tenía un amor que duraba ya una década, un refugio en donde reposar mis huesos y mis sueños, con la tranquilidad de saber que los demonios de mi juventud habían sido vencidos para siempre, o al menos eso creía.

Entonces y como dice la canción: No buscaba a nadie y la vi. Estaba a pocos metros de donde yo acababa de sentarme, en una abarrotada sala de espera del Jorge Chávez, antes de abordar el avión rumbo a Madrid. En el suelo y contra la pared, ajena a ese mundo frenético que le pasaba por encima, leía concentrada un libro de tapa amarilla, el cual no alcancé a leer el título. Sus cabellos lacios le chorreaban por detrás de las orejas hasta los hombros. Llevaba varias argollitas como aretes y sus manos de uñas cortas, estaban adornadas con muchísimos cueritos negros a manera de pulseras. Tenía la nariz impertinente que contrastaba con sus serios y concentrados ojos color avellana. No era para nada una modelo de Vogue, pero hubo algo en esa chica que me produjo tal impresión, como si algún cable eléctrico de alta tensión hubiera chocado contra mi cuerpo de forma inesperada. No fui consciente del tiempo que me había perdido en su imagen hasta que escuché la última llamada para abordar el Boeing 767. Segundos después la perdía de vista.

Me quedé un rato tratando de entender lo que me había sucedido. Hasta sonreí de lo ridícula que me sentí. Y sin embargo mentiría si dijera que no la busqué con la mirada mientras avanzaba por el pasillo derecho del avión. Obviamente el que me tocara sentarme junto a ella no se dió. Esa suerte solo la tiene Hugh Grant con Julia Roberts, desde luego. A mí me tocó junto a una monjita de túnica azul océano y gafas que parecían fondos de botella. Me sonrió amablemente mientras yo acomodaba mi mochila bajo el asiento. Volvió a sonreírme cuando terminé de colocarme el cinturón de seguridad y otra vez cuando cogí la revista del avión. Cuando empezaba a sentirme realmente enferma ante tanta amabilidad, la divisé tratando de hacer caber su equipaje de mano en la parte superior de su asiento, a unas cuatro filas delante pero en el pasillo opuesto. Al tener los brazos arriba, parte de su vientre había quedado descubierto. Ante la amenaza eminente de otra descarga eléctrica, me obligué a cerrar los ojos hasta que despegamos.

Tras los dos wiskies que me había bebido al hilo, la naturaleza hizo su primera llamada. Caminaba hacia el baño, cuando la vi esperando su turno afuera del mismo cubículo al que me dirigía. Me detuve y con la mirada busqué algún otro baño libre. En el del pasillo de enfrente no había nadie y la luz estaba apagada. Dudé un segundo en darme la vuelta pero al final, sin saber bien con que finalidad, terminé por pararme a su costado. Ella me sonrió y yo me sentí una hija de puta.

Entrada publicada por SYD708 el lunes, 25 de octubre de 2010 .
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5 comentarios :

Tatana dijo... | 25 de octubre de 2010, 16:54

recien llegada y ya en parte recuperada (+ de 12 horas de sueño cntinuo jeje) me vine a leer la historia q habias comenzado y me encontre con este 1º folio y ...
me gusto!

besos, ya hablaremos

SYD708 dijo... | 26 de octubre de 2010, 14:42

Hola Bruja, tan de PM tus fotos, las vi en FB de pasadita mas tarde las miro al detalle

Anónimo dijo... | 26 de octubre de 2010, 19:11

Cuando se lo pase de puta madre dejara de sentirse tan hija de puta, o al menos el sentimiento de culpabilidad habra valido la pena. Espero
Un beso
Neblina

Valentina dijo... | 27 de octubre de 2010, 4:25

Me encantó.

Tatana dijo... | 27 de octubre de 2010, 21:03

gracias, pero he tenido algunos problemas de luz con las fotos, nos llovio unos cuantos dias, y el resto super nublado :( me van a tener q regalar nueva camara pa' mi cumple :P (espero q cuele jajajaja)

besos a ver si nos vemos en el finde