Las Tres "V"- Segunda parte: Vita y Virginia

Un poco tarde, pero regreso con esta, la segunda parte de “Las tres V”. Ahora toca echar una mirada a la relación que entablaron Vita Sackville West y Virginia Woolf y como ésta se diferencia notablemente de la relación que mantuvieron Vita y Violet. (Relación tratada en el post anterior)

Como hiciera mención en la primera parte, no pretendo hablar de la biografía y obra de Virginia Woolf, ya que sobre esto se ha escrito infinidad de artículos y la web está plagada de sitios donde indagar más a fondo sobre la vida de esta reconocida escritora. Lo que si voy a mencionar es solo algunos datos para ubicarnos en contexto.



Virginia Woolf

Virginia Wolf, privada de una educación llamémosla formal, fue una autodidacta. Desde muy pequeña mostró una facilidad asombrosa en el manejo de las palabras. Creció en medio de un ambiente lleno de escritores, artistas e intelectuales. Formó con su hermano el grupo Bloomsbury, al cual pertenecieron grandes figuras intelectuales de la época en Inglaterra. En síntesis ella es considerada como la pionera en el uso del monologo interior y el estilo poético en la novela (Un buen ejemplo es “La olas” por si a alguien le interesa). Se casa con Leonard Wolf en 1912. Diez años después conoce a Vita Sackville- West en una cena que daba su cuñado. Entablaron primero una relación de amistad que luego se transformaría entre 1925 y 1929 en una relación amorosa. La vida de Virginia estuvo marcada por fuertes depresiones, producto de una enfermedad llamada trastorno bipolar y que la llevara finalmente a suicidarse en Marzo de 1941.A diferencia de lo que pasó con las cartas entre Vita y Violet, las de Virginia a Vita y viceversa se conservan en su totalidad. Las de Vita a Virginia fueron publicadas como libro en 1985. “The Letters of Vita Sackville-West to Virginia Woolf”. También debo hacer mención a la novela “Orlando” que escribiera Virginia en 1927 y cuyo personaje principal, (un hombre que a lo largo de la novela se transforma en mujer) está inspirado en Vita y pasajes de su vida. Es en esta novela, en donde queda bastante claro la admiración que tenía Virginia hacia esta mujer. Orlando fue catalogada por Nigel, el hijo de Vita como “la más extensa y encantadora carta de amor en la historia de la literatura”.


Vita Sackville- West vestida como Orlando

Después de leer los testimonios existentes que nos hablan de esta relación, una palabra me viene a la mente, al tratar de encontrar que fue lo que las llevo a enamorarse de la manera que se revela en sus cartas: Admiración.

En palabras de la propia Virginia al referirse a Vita en su diario:

“Estas lesbianas estiman a las mujeres. Con ellas la amistad siempre queda teñida de amorosidad. Me gusta Vita y me gusta estar con ella y su esplendor, me gusta su caminar a grandes pasos con sus largas piernas que parecen hayas, una Vita rutilante, rosada, abundante como un racimo, con perlas por todos lados. ¿Qué efecto me produce todo eso? Muy ambiguo. Veo una Vita florida, madura, con su abundante pecho: sí, como un gran velero con las velas desplegadas, navegando, mientras que yo me alejo de la costa. Quiero decir que tiene mundo, que sabe estar… en una palabra: ella es (y yo no lo he sido nunca) una mujer de verdad. Mentalmente no tiene mi clarividencia, pero muy bien, ella se da cuenta de todo y me prodiga esta protección maternal que, por los motivos que sea, es lo que más he deseado siempre, de quien fuese. Vita, a su manera, me da aquello que me dan Leonard y Nessa..”
Mientras que la admiración de Virginia a Vita radicaba más, intuyo, en la persona, en la mujer fuerte, en lo que había sido capaz de hacer en varios momentos de su vida, desafiando a la época, (aunque después nos enteramos que igual nunca puedo desafiarla del todo); la admiración de Vita hacia Virginia, era distinta, ligada fundamentalmente a sus dotes literarias
De Vita a Virginia Woolf, enero 21, 1926.
Milán, enviada desde Trieste

“Estoy reducida a ser una cosa que quiere a Virginia. Escribí una carta durante las opresivas horas insomnes de la noche, y todo se ha ido: Solo te extraño de una manera desesperadamente humana. Tu con todas tus expresivas cartas, jamás escribirías una frase tan elemental como esa. Probablemente ni siquiera la concebirías. De todas maneras creo que serías capaz de hacerte cargo de un pequeño bache. Pero tu lo cubrirías de frases tan exquisitas que terminaría por perder un poco de su realidad, en tanto que conmigo es algo absolutamente implacable: te extraño aún mas de lo que hubiera creído, y estaba preparada para extrañarte mucho. Esta carta es tan solo un aullido de dolor. Es increíble cuan imprescindible te has vuelto para mi. Supongo que tu estás acostumbrada a que la gente te diga eso. Maldición, criatura peligrosa. No lograré que tu me ames más, entregándome a mi misma de esta forma. Pero oh, mi amor, no puedo ser lista e indiferente contigo: te amo demasiado para eso. Verdaderamente. Tu no tienes ni idea de cuan indiferente puedo ser con la gente que no amo. Lo he convertido en una especie de exquisita destreza. Pero tú has derribado todas mis defensas. Y realmente no lo resiento. De todos modos no te aburriré más. …Por favor Perdóname por escribir una carta tan mísera..”


A Virginia Woolf, de enero el 29, 1927
Cerca de Hannover

Es una absoluta verdad que tu has influido intelectualmente en mi infinitamente, mas que cualquier otra persona, y ya por eso te amo, y siento endurecerse mis músculos…..Sí, mi Virginia querida, estaba en una encrucijada en el momento justo en que te conocí.¿A ti te gustaría que yo escribiera bien, o no? Y yo detesto escribir mal- y haber escrito tan mal en el pasado. Pero ahora, tal como la Reina Victoria seré buena. Diablos! Desearía que estuvieras aquí- el grupo de potros da brincos con ímpetu. Envíame cualquiera de tus papeles y envía “Sobre la lectura”. Por favor. Espero que mis cartas te lleguen rápido y pronto. Dime si escribo demasiado a menudo, te amo.."



Por lo leído en las cartas de arriba, parece ser que el amor que Vita le profesaba a Virginia, era un amor plagado de admiración intelectual y así se lo reconoce al marido en la siguiente carta:
“Quiero a Virginia, ¿Quién no lo haría?, pero realmente, querido, mi amor por Virginia es una cosa diferente de las otras: es una cosa mental, una cosa espiritual, una cosa intelectual. Me inspira un sentimiento de ternura que supongo deriva de la divertida mezcla que presenta de fortaleza y debilidad. La fortaleza de su mente y su terror permanente de volverse loca otra vez… No se qué efecto podría tener para ella. Éste es un fuego con el que no me quiero quemar… Le tengo demasiado afecto y un gran respeto. Además, ella sólo lo hizo con Leonard, un terrible error, y enseguida lo dejaron. Así que, para ella, todo es desconocido. O sea que ya lo ves, en este caso soy prudente; lo sería menos si me sintiese más entusiasta… déjame serte franca… me he acostado dos veces; eso es todo; me parece que ya te lo había comentado. Ahora ya lo sabes y espero que no te haya ofendido.”

Una carta potente si y donde aparte de revelarnos datos de la intimidad de estas dos mujeres, nos deja entrever ese lado maternal de Vita y del que Virginia habla en su diario.
¿Y como eran las cartas que Virginia le escribía a Vita? En que se diferencian estas a las que escribía Violet? Definitivamente en dos cosas, en el manejo del lenguaje, exquisito por parte de Virginia, y en el grado de apasionamiento, siendo Violet mucho más visceral.

Aquí fragmentos de unas cartas que Virginia le enviara a Vita en 1927 para que puedan sacar sus propias conclusiones.




De Virginia a Vita, Martes 5 de enero 1927

¿Por qué piensas que no siento o que hago las frases? “Frases encantadoras”, dices, que le roban la realidad a las cosas. Es todo lo contrario. Siempre, siempre trato de decir lo que siento. Por alguna razón, todo es aburrido y triste. Te he echado de menos. Te echo de menos. Te echaré de menos. A medida que te alejas me resulta más difícil visualizarte, y pensar en ti con fondo de pirámides y camellos me abruma un poco….En cuanto a mis encuentros, no me he enamorado de nadie… aunque ésa no es mi línea exactamente. ¿Lo habías adivinado? No soy fría; no soy farsante, ni débil, ni sentimental. Qué soy. Quiero que me lo digas tú. Voy a tener un pequeño grupo dramático. Me gusta la profusión de esas pobres criaturas: pintadas e irreales, todas desesperadas porque no tienen trabajo o están enamoradas. Creen que soy una gárgola grotesca, semihumana, rígida como un demonio en una catedral. A ellas les parece increíblemente excitante que yo mueva las piernas y hable como un libro. Pero no durará mucho. Es parte de mi esnobismo adornar toda la sociedad salvo la mía propia. Pero (volviendo a tu carta) siempre supe que eras distante. Sólo que me dije: insisto por pura amabilidad. Con ese objetivo fui a verte.

* Abre el primer botón de tu blusa y allí me verás anidando, como una ardilla de hábitos inquisitivos pero de todos modos adorable.
De Virginia a Vita. 6 de Marzo de 1927
Este año me pareces más inalcanzable, empolvada, con las piernas más blancas, más galante y aventurera que nunca. Me echo en la cama e invento historias sobre ti. Envíame un montón de hechos: ya sabes cómo los amo… Han surgido dos mujeres extrañas: una de ellas es una mala cantante, que me pide vaya a verla en la cama ¿lo haré? La otra ¡qué importa! Yo quiero a Vita; quiero al insecto, al crepúsculo. Dejo ésta abierta a la espera de las tuyas. Ninguna. Ahora debo terminar esta carta. Y no he dicho mucho de nada ni te he dado una idea de las altísimas y aterradoras olas y los profundos pozos infernales a los que asciendo y desciendo en pocos días. Como todos. Subimos y bajamos violenta, incesantemente, y me siento algo avergonzada, ahora que trato de escribirlo, de ver qué minúsculo egoísmo hay en el fondo de todo eso, por lo menos en mi caso: que no puedo escribir mi novela, que debo salir a tomar el té, que tendría que comprar un sombrero. Ah, pero también está Vita. Quererla no es un egoísmo minúsculo.
* Es increíble lo esencial que te has vuelto para mí… Maldita seas, criatura mimada. No conseguiré que me ames más traicionándome así.
Londres. De Virginia a Vita, de octubre de 1927

“…como nuestra relación está teñida por la melancolía, tal vez ganamos en intensidad lo que perdemos en las sobrias y confortables virtudes de una amistad prolongada y segura y respetable y casta y fría….¡Cómo me intranquilizas!. Este lugar está embrujado. Visto contigo es adorable; visto con Leonard es absolutamente detestable. Dime cuándo vendrás y por cuánto tiempo. Si te has entregado a Campbell, no tendré nada más que ver contigo y así quedará escrito, claramente, en Orlando para que todos puedan verlo. Por favor dime si vendrás y cuándo, porque ya me siento bastante acosada por actrices en decadencia, y funcionarios públicos…”
Definitivamente, tres personajes femeninos muy particulares, diametralmente distintos, Violet con un aire menos aristocrático que las otras dos, pero más desfatachada y dispuesta a desafiar los cánones sociales de la época. De su relación con ella, creo Vita sacó la experiencia vivencial que más tarde Virginia admiraría en ella. Virginia, una mujer inteligente, dueña de un sentido del humor muy ácido y puntilloso, que la convertían en una mujer interesante y atractiva y que al parecer logró con Vita desarrollar su lado sexual dormido, aparte de encontrar en esa mujer, a una musa inspiradora. Y finalmente Vita, a quien percibo, en cuanto a personalidad, un poco en el medio de las otras dos, osada y apasionada pero no tanto como Violet, talentosa e inteligente pero no tanto como Virginia. Y sin embargo no puedo dejar de verlas a las tres formando un puzzle perfecto. Hasta la próxima.

Extractos de las cartas tomados de:
Entrada publicada por SYD708 el sábado, 18 de abril de 2009 .
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3 comentarios :

Tatana dijo... | 19 de abril de 2009, 3:07

lo propio seria hacer un comentario sobre la extensa entrada q has escrito, pero me resulta francamente imposible :S
Una de dos o tu te has confabulado con algun alma oscura y maquiavelica o me hacen falta gafas, por q no llego a leer nada de nada ( segun mi optometra particular estoy chichebombom :P, asi que ponle un par de puntos mas a la tipografia y luego hablamos ;)

Tatana dijo... | 19 de abril de 2009, 14:39

gracias por los cambios (ahora da gusto leer :) )

Luego de leer las cartas de Vita y Virginia solo puedo estar de acuerdo contigo, las de ambas tienen la misma base "Admiracion".

He releido las cartas de Vita y Violet y en este caso lo q vuelvo a encontrar es pasion.

Creo q si Vita hubiera podido unir a esas dos mujeres en una sola habria encontrado lo q realmente buscaba.(por decirlo de alguna manera)

besos

Tatana dijo... | 19 de abril de 2009, 23:28

lo del post-it me ha matado, q lo sepas ;)