Avaritia: El misterio del Ankh - 2da parte

- ¿Y porque debería hacerte caso?
- ¿Porque nadie te va querer nunca más que yo?
- Heben, creo que te has hecho una imagen mía totalmente equivocada…de verdad que soy la persona más simple del mundo, incluso hasta tonta de vez en cuando

La miró sin decir nada por un momento. Simone sintió que sus mejillas se encendían al reconocer una vez más aquella devoción en sus ojos. Con movimientos algo nerviosos Heben le cogió una de las manos y la aprisionó entre las suyas para luego llevar las tres contra su frente y deslizarlas por su mejilla para luego volverla a mirar.

- Son tus ojos, tu ternura, lo que tú llamas simpleza lo que te hace ser única entre los demás. ¿Acaso no lo ves? Tú forma de moverte, de acomodarte el pelo detrás de la oreja cuando lees, hasta cuando frunces el ceño cuando algo te incomoda…Simone si no me permites entrar en tu vida, creo que me moriré de la pena
- Heben… - la miró entre extrañada y sonriente a la vez- A veces creo que te burlas de mi con todas estas cosas que me dices
- Anda…déjame compartir el café de mañana, tu pasta de dientes, las hojas de afeitar, el desodorante y las sábanas de tu cama- ambas rompieron a reír mientras que Simone además le daba un golpecito en el hombro- Prometo que no las calentaré en verano- La miró entonces más seriamente para finalmente concluir - Te quiero y adoro a Sami…


La brisa que de pronto rebotó en su rostro la trajo de vuelta, haciendo que advirtiera que ya había terminado de oscurecer. Frotó sus ojos despacio para luego ponerse de pie. Al hacerlo sintió un leve dolor en el cuello producto de las horas que debía haber pasado allí. En la habitación contigua, escuchó la risa de Sami que jugaba con Natalie y eso la relajó. Iba a entrar cuando escuchó el crispar de una rama romperse muy cerca de aquel balcón y se volvió tratando de distinguir en la oscuridad algo que le indicara de donde había venido tal sonido. Sin saber porque se sintió súbitamente inquieta. En eso le pareció ver el follaje de unos arbustos moverse en sentido contrario al viento. Ajustó los ojos buscando mayor claridad sin lograr distinguir mayor cosa. Pensativa entró en la habitación, cerró las mamparas y corrió el tul. Pero se quedó ahí, espiando por entre las cortinas. Sus ojos no tardaron en abrirse de par en par al distinguir el brillo de unos ojos en la oscuridad y un segundo después, la sombra de alguien de largos cabellos plateados alejarse tras los matorrales.

Esa noche fue otra más en la que el dormir se tornó una tarea imposible mientras en su cabeza se mezclaban, primero esa tristeza que parecía se le hubiese extendido desde el corazón hasta cubrirle toda la piel, la poca familiaridad del lugar en el que estaba, las palabras del anticuario, las advertencias de Violet, aquellos sueños extraños que venía teniendo desde que llegó a la finca y ahora esa sensación tan clara de ser observada.

Se levantó de la cama y fue a la habitación de su hijo. Le acomodó la almohada y lo besó suavemente en la frente comprobando una vez más, que esa criatura era en realidad la razón de todo y la gran tregua a su dolor. Se alejó despacio y en vez de dirigirse de vuelta a su habitación, salió rumbo a la planta baja. Caminó a oscuras por el gran salón, fue a la cocina por agua y luego entró en la pequeña biblioteca junto al recibo de la entrada. Hacía días que había descubierto la colección de libros de su difunta benefactora y encontrado así el perfecto pasatiempo para su insomnio.

Media hora y ya había terminado la novela que empezara hacía un par de días. Revisó algunos títulos sin mucho interés hasta que al tirar de uno, un sobre amarillo se deslizó de entre los libros hasta el suelo. Mientras lo levantaba, leyó en la parte frontal el nombre de Grace. De primera intención quiso devolverlo a su sitio pero su curiosidad pudo más y al entre abrirlo, se encontró con un atado de una veintena de fotos. Se sentó en el sofá y comenzó a repasar una a una las imágenes. Las primeras eran fotos más o menos antiguas, en las que aparecía Grace de joven, junto a su pareja de años y que Simone había llegado a ver en varias ocasiones por el consorcio, incluso después de su tan sonada ruptura. Por varios minutos, siguió mirando varias fotos más de la vieja millonaria, admirando sus atuendos de tan buen gusto, su porte siempre elegante y distinguido. Y es que Grace Jordan fue toda una celebridad en el mundo de los negocios, no solo por su destreza para colonizar sino también por su sonada y extravagante vida personal. Repentinamente, sus manos y ojos se detuvieron en una de las imágenes, luego en la que venía después y luego en la siguiente. Todas eran fotos de Simone con Sami o de ella sola, obviamente tomadas desde lejos pues en ninguna de ellas, estaban mirando a la cámara. Había más de quince fotos de ellos dos. Se dejó caer contra el respaldar del sofá mirando una de las fotos en las que ella y su hijo reían en uno de los parques que solían frecuentar los domingos por aquel vecindario donde Sami pasó su primer año. Los recuerdos no tardaron en aparecer.

- Simone… Te lo doy todo, solo tienes que pedírmelo. Me ocuparía de Sami, le aseguraríamos un futuro
- Grace…lo que me pides no puede ser
- Solo pido tu compañía, solo eso
- Grace… creo conocerte lo suficiente como para saber que pronto pedirías algo más… yo te estoy muy agradecida por todo lo que me has ayudado pero…
- Pero… soy una vieja ridícula, pretendiendo a una jovencita a la que le doblo la edad…
- Yo no he dicho eso
- No necesitas decírmelo Simone, lo veo en tu cara, debo parecerte de lo más patética… ¿Pero sabes una cosa? El que me rechaces hace que inevitablemente te desee con mayor fuerza aún…ay niña, ¿Porque lo haces todo más difícil?, ¿porque no eres una de esas locas ambiciosas que se venden por un par de vestidos y fiestas elegantes?

Volvió a mirar las fotos y no pudo sentir otra cosa que una gran lástima al recordar a esa mujer a quien, por iniciativa propia, dejó de ver tras esa última petición y de quien no volvió a saber nada más hasta que le llamaron sus abogados para comunicarle lo de la herencia. Al llegar casi al final de la pila de imágenes, sus ojos se quedaron anclados en las últimas tres. Eran fotos de ella, su hijo y Heben.

¿Pero como es posible que tuviera estas fotos?- Pensó con sorpresa e inquietud. Y es que Simone, al optar alejarse definitivamente de Grace, se mudó sin decir a donde. Volvió a sentirse inquieta y nerviosa y por primera vez, insegura en aquella finca mientras otra idea comenzó a pulular por su cabeza- ¿Y si acaso Grace… acostumbrada a obtenerlo todo, hubiese tenido que ver con la repentina marcha de Heben?
Entrada publicada por SYD708 el viernes, 17 de julio de 2009 .
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8 comentarios :

Adri dijo... | 17 de julio de 2009, 0:28

Esto se pone very, very, very interesante :-P Sip.

SYD708 dijo... | 17 de julio de 2009, 0:35

Y espero que continue asi porque sino tela...me faltan todavia 2 partes y 6 historias mas, jajajaaj

y mientras tanto se me acabó el zumo de naranja

Adri dijo... | 17 de julio de 2009, 0:38

No tengo duda alguna que de tendré que añadir un very o dos en el siguiente jajaja Así que no problem.

Pues sin zumo de naranja, hielo y pa'dentro.

PD: Pondrás un agradecimiento especial para Absolut cuando lo acabes? :-P

Tatana dijo... | 17 de julio de 2009, 0:53

yo ya estoy sacando teorias, atando cabos, y como soy muy propensa a pasarme 3 pueblos mejor me las guardo, pero la cosa pinta mas q bien.

besos

SYD708 dijo... | 17 de julio de 2009, 0:57

Sobre el absolut puede, hasta puedo pedirles que me auspicien, jeje

Bruja si mejor no publiques tus conclusiones que luego me despistas al personal

Tatana dijo... | 17 de julio de 2009, 1:22

despistar al personal yo???
vaya por dios, cosas veredes Sancho...

Anónimo dijo... | 17 de julio de 2009, 1:25

Las veo muy distraidas con la Absolut, y mientras la pobre Heben parece que le haya vendido el alma al diablo a cambio de la salud del nino de Simone, y ahora ronda como alma en pena.... Su Manifica!

Yo me regreso a mi copa de Merlot, y me quedo tranquilita en espera de las dos partes que faltan.

ciao! LiSA

dsdmona dijo... | 17 de julio de 2009, 10:18

que nervios por diosss... mi cabeza ya hace conjeturas y esta deseosa de leer más...

D.