Avaritia: El misterio del Ankh- Parte Final

Tenía a Sami sobre su regazo mientras ambos desayunaban en la terraza de la casa. El niño comía animadamente y jugaba con su madre, logrando que ésta; a pesar del caos que soportaba por dentro; de tanto en tanto sonriera. Había casi acabado de comer toda la fruta y un gran vaso de leche cuando Violet y Natalie les dieron el encuentro.

- Hola Sami – Saludando al niño con dulzura para luego hacerlo con Simone- Ha comido muy bien esta mañana
- Si, bastante bien
- Nati, pitamos mi cueto de Bani
- Claro que si- Mirando nuevamente a Simone- ¿Va a bañarlo usted señora o prefiere que lo haga yo?
- Vaya avanzando con él Simone, tengo que hablar con Violet primero
- Como usted diga señora. Vamos Sami, vamos al agua

El niño se bajó de las piernas de su madre y dejó que Natalie le quitara la servilleta y le limpiara el contorno de la boca. Antes de entrar a la casa se giró hacia Simone

- Mami… ¿Tu tamien viene?
- Si cariño, ahora subo. Mientras, Nati va empezar a bañarte ¿Si?
- Ya

Esperó que tanto el niño como la niñera desaparecieran para volverse hacia Violet, quien con una tijera cortaba algunas hojas marchitas de una de las varias macetas apostadas en toda la terraza

- Violet…
- Sabe señora Simone- añadió concentrada aún en la poda- hay unos bichitos de lo más molestos que se comen las hojas de mis plantas. Tendré que decirle al jardinero que les ponga el insecticida
- Violet, ¿Donde está Grace?- preguntó con tal contundencia que la mujer se quedó quieta un instante antes de volverse para mirarla
- Señora, perdón pero no la entiendo- sonrió nerviosamente
- Te pregunté – le dijo en un tono como si repasara con más énfasis de lo normal cada sílaba- ¿Dónde está Grace?
- Señora pero si la señora Jordan falleció en un accidente
- ¿Sabes una cosa Violet?, puede que sea callada, tímida, que a veces dé la impresión que no me entero de nada, ¿pero tonta? No, ni estúpida como al parecer todo el mundo ha creído hasta ahora. Sé perfectamente que Grace está viva, es más, creo que es a ella a quien vi en el jardín la otra noche…. Se perfectamente que nos observa todo el tiempo– La mujer la miró aún enmudecida y con el rostro más pálido que de costumbre- Al principio pensé que al ser una casa tan antigua, estaba llena de energías raras y cosas. Pero no… Es Grace quien vigila como siempre ¿Verdad?
- Creo señora que el no estar descansando bien la est…
- ¡Déjate ya de tratarme como una idiota!!!! ¿Me oyes?- Perdiendo totalmente los papeles- Si no me dices tú donde encontrar a Grace, ya habrá alguien que me lo diga, solo te estoy pidiendo que me ahorres el trabajo

Violet la miró con evidente expresión de temor. Dejó lentamente la tijera sobre la mesa de vidrio y se quitó los guantes de trabajo antes de volver a mirarla.

- ¿Para que quiere hacer eso señora?
- Porque así no puedo vivir ¿lo entiendes? seguir viviendo en esta casa y pretender que nada ha pasado – Con lágrimas en los ojos- necesito hablar con ella… necesito que me lo explique…ella
- Señora Simone tranquilícese por favor- le dijo cogiéndola suavemente del brazo
- Es que no puedo… lo siento Violet pero todo esto es demasiado para mi

Ambas volvieron a hacer un gran silencio, antes que Violet retomara la conversación

- ¿Sabe? Hay un dicho que dice: quien busca la verdad corre el riesgo de encontrarla. En ocasiones es mejor ignorar ciertas cosas, guardar una ilusión es a veces mucho menos doloroso
- Ya… pero ya es demasiado tarde para eso Violet…

Simone terminó de secarse las lágrimas despacio para luego mirarla y asentir despacio antes de entrar nuevamente en la casa ante la mirada preocupada y, hasta cierto punto, afligida de la anciana.

Esa misma tarde, durante la siesta, sintió que llamaban a la puerta de su habitación. Al abrir vió a Natalie parada con actitud bastante extraña. Ella iba a decirle algo, pero la niñera negó con la cabeza y tras cerciorarse que no había nadie cerca, colocó en una de las manos de la mujer, un papel doblado y algo arrugado. Simone la miró sin entender. Natalie por su parte sonrió tristemente antes de marcharse por el pasillo hasta la escalera.

Una vez dentro, Simone abrió el papel, encontrando un pequeño mapa dibujado a mano que le indicaba un camino a través del bosque hasta algo llamado: “The expiatorium”. Arrugó la frente al leer aquel nombre y el estómago se le comprimió, haciendo que tuviera la sensación de no poder respirar. Entre abrió los labios ligeramente para exhalar algo del aire atrapado. Media hora después, cabalgaba aferrada a las riendas y el corazón disparado, a lo largo del sendero marcado en ese mapa y en medio del espeso bosque que se abría más allá de los límites de la finca.

Había perdido el camino cerca de tres veces. Ya había empezado a oscurecer cuando en medio de la frustración y la rabia finalmente divisó una tenue luz filtrarse entre la tupida vegetación. Se bajó del caballo y tras atarlo bien, siguió lo que le quedaba de camino a pie.

Unos minutos después una casita rural se abrió tras la última hilera de árboles que la escondían. Se quedó un momento parada mirándolo todo. El silencio era sepulcral. Incluso le pareció que hasta el aire había dejado de soplar. Cogió otro respiro y caminó hasta la puerta. Grande fue su sorpresa al encontrarla entre abierta. La empujó con cuidado y entró. Un olor a incienso mezclado con algo que creyó reconocer como aceite y hierba inundaba todo aquel espacio callado. Iba a tomar una dirección cuando escuchó de pronto una música provenir de la dirección contraria.




Apretó los ojos un momento al sentir que las piernas no querían responderle mientras la certeza de la verdad que había querido ignorar todo este tiempo terminaba por asentársele en el alma. Despacio siguió la melodía hasta que se encontró con dos grandes puertas de cristal. Las abrió sin esperar y casi de inmediato vió a alguien sentada de espaldas al fondo de ese gran salón. Estaba sentada tras un gran escritorio colocado dos escalones más arriba que todo el resto del piso. El salón también tenía mucha menos luz que el resto.

- Grace…
- No sabía que eras tan hábil para seguir mapas y pistas… ciertamente otra virtud tuya- replicó una voz que sonaba como encerrada
- ¿Sabías que iba venir?
- Violet me lo contó… supongo que es el castigo que merezco, el de que me veas así- dijo girando de pronto su silla, para quedar frente a ella.

Simone distinguió su cara cubierta con una mascara color hueso. El cabello plateado muy largo pero escaso que le caía sobre los hombros. Vestía una enorme bata de seda negra, que le cubría todo el cuerpo. Entonces Simone se percató de las manos de la mujer y quedó mirándolas sorprendida.

- No te extrañes Simone… las arrugas me han comido el cuerpo. He perdido visión en un ojo y mis piernas son de goma, funcionan cuando les da la gana. Y la máscara es simplemente una delicadeza de mi parte para evitar el espanto de verme en mi estado actual- Terminó de decir con un tono marcadamente irónico y autosuficiente- sin decirte el olor a rancio que desprende de mi
- ¿Por qué… porque hiciste todo esto Grace?- Le preguntó con angustia y desolación- ¿porque?

La anciana se quedó quieta y agregó:

- Esta aria me encanta ¿Sabes?
- ¡Contéstame Grace por el amor de dios!!! –gritó
- Simone… mi Simone… - Dijo mientras alzaba el rostro y lo apoyaba contra el respaldar de su silla y casi como si entrara en una especie de catarsis comenzó a recitar: Mejor no verte, porque si lo hago, corro el riesgo de no querer dejar de verte nunca… Y ese es un placer que dadas las circunstancias no me está permitido. Eres ese lujo que no puedo disfrutar, esa tentación en la que no puedo caer…Y me autocensuro, me autocontrolo, me autocastigo… Y sin embargo no quiero renunciar a saber de ti, aunque sea mínimamente…Todo me sabe tremendamente más atractivo contigo merodeando y yo luchando por no sucumbir a tus encantos…Que sin ti y no sintiéndome así de retada.

Hizo un silencio para luego volverla a mirar. Simone retenía como podía las lágrimas

- Mira tú… las cosas que solía escribir cuando te conocí. Pensé que me contentaría con ello – Dejando caer la hoja de papel al aire- Pero no… era Grace Jordan, la vieja de sesenta y dos años acostumbrada a tenerlo todo en un abrir y cerrar de ojos. Acostumbrada a comprar magistrados, parlamentos enteros con tal de hacer su voluntad. Y de pronto en medio de esa vida de lujos, fiestas y dinero por todos lados, apareció la joven Simone con su retoño de apenas meses e hizo que la vida de la superpoderosa se tambaleara hasta más no poder… Pronto tu y Sami se convirtieron en algo que yo quería tener a toda costa… Te fuiste rechazando mi oferta y pensé por un momento, bueno mejor… - dejando lentamente el tono irónico que había mantenido durante todo el rato- que se vaya y así yo volveré a la tranquilidad.. pero no pude… mi deseo por ti era infinitamente más grande que mi capacidad por controlarlo… y entonces Grace Jordan decidida a pagar el precio que fuere con tal de tenerte en su vida, hizo lo que sabía hacer mejor, un negocio…
- Grace…
- Pero es verdad eso de que los malos nunca ganamos… mi criaturita se enfermó…y yo no tuve corazón para dejarlo ir…lo siento Simone… pensé ilusamente que lo lograría…- la miró- perdóname por favor
- ¿Que más le ofreciste a Blake a cambio de la salud de Sami?
- Nada más que ya no sepas… Simone, fue un error hacerte venir aquí…un acto más de egoísmo de mi parte para retenerlos…- haciendo un gran esfuerzo para continuar- deben irse… rehacer su vida lejos de alguien que al tenerlos cerca, tal vez no tarde en hacer otra locura… prometo que esta vez no te seguiré…

Simone, sin embargo sin quitar la vista de esa máscara, comenzó a acercarse. Grace se inquietó. Así lo evidenció su intento por reconstituirse en la silla varias veces. La joven mujer entonces terminó de acortar distancias y casi quedó al pie de la silla. Sentía que el corazón iba salírsele en cualquier momento. La miró un rato largo para después, lentamente estirar uno de sus dedos hasta la mano de la anciana y deslizarlo por esa piel llena de pliegues y manchas marrones. Apenas hizo contacto, Simone estalló en llanto.

- Simone por favor… - pronunció Grace con voz ahogada- No hagas esto vete…
- ¿Sabes una cosa?- Le susurró la joven entre sollozos- Heben fue mi gran amor… creo que no querré nunca a nadie como a ella… si la ves dile que… dile que… la echo mucho de menos…

Le dijo antes de acercarse mucho más a la anciana. En su trayectoria cerró los ojos y llegó hasta la abertura de la boca de aquella máscara, dejando un beso suave y lleno de sentimiento en medio de las copiosas lágrimas que chorreaban por sus mejillas. Al separarse se fijó en esos ojos que la miraban detrás de los orificios de la máscara y por fin reconoció los mismos ojos que la solían contemplar con devoción, que la hicieron soñar y vivir de nuevo cuando pensó que todo estaba perdido.

- Te quiero…

Fue lo último que le dijo la joven antes de darse la vuelta y salir a toda prisa de la casa. Grace no se movió de su asiento por un instante para luego quitarse la máscara y develar su rostro profundamente traspasado de tristeza. En eso se sintieron pasos detrás de ella.

- Sabes que dejará la finca
- Si lo sé
- ¿Quieres que te informe luego donde vive?
- No… deja que se marche, solo asegúrate que no les falta nada ni a ella ni a mi hijo– Mirando la hombre- Al final era verdad lo que se decía Blake
- ¿Qué cosa?
- Que el amor era capaz de transformar hasta la más desalmada de las cretinas
Entrada publicada por SYD708 el domingo, 19 de julio de 2009 .
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5 comentarios :

Anónimo dijo... | 19 de julio de 2009, 22:44

Entonces fue Grace la que hizo un pacto para ser Heben, y poder asi estar cerca de Simone ... WOW! Cierto es, las cosasa que logra la avaricia, aunque sea por amor...

Syd, felicitaciones por esta primera historia!!!

LiSA

Sand78 dijo... | 19 de julio de 2009, 23:36

"¿Seríamos capaces de hacer ese tipo de cosas para tener junto a nosotras al ser que amamos?"

Es una historia llena de sentimientos, amor, frustración... Un relato corto en el que se distinguen todas tus habilidades para tener al lector atento a ti...
Me encantas...

Besotess

Tatana dijo... | 19 de julio de 2009, 23:42

Equivocadamente siempre ralicionamos la avaricia con el dinero, con el vil metal, con el poder economico, pero aca se demuestra q no siempre es asi.

Esta mujer descubrio q por amor se puede renunciar a lo q mas se ama.

Q asi como se puede llegar a hacer cualquier cosa por lo q se desea o anhela (incluso pactar con el lado oscuro) tambien se puede sacrificar todo lo obtenido.

me ha gustado el cuento.

besos

Adri dijo... | 20 de julio de 2009, 0:04

Pues me ha gustado mucho, intrigante e interesante hasta el final.

Y ese final imposible mejor.

Lo dicho, cada vez te superas más, cada vez mas complicado, pero impecable.

Felicidades por la historia ;-)

Besitos.

Magia dijo... | 20 de julio de 2009, 17:15

Como en el fantasma de la Ópera, tras algunas máscaras hay algo más que un rostro desfigurado, alguien
que aún siente y pocos aceptan.
Enhorabuena.
Un saludo.