Ahí, donde las olas rompen fuertemente contra el acantilado, dejando a su paso esa huella de espuma con reflejos plata teñidos por una luna que se esconde, sobresale él, enorme, elegante y misterioso, listo a iniciar, como desde hace más de cuatro décadas, su cortejo nocturno.
- Uhm… tenemos mar embravecido. Bueno, mejor para mí, eso seguramente hará que alguna barca encalle en la orilla. Eso espero. Son muchas las noches sin ver un alma y comienzo a aburrirme. ¡Dios mío! Pero si tengo el traje bastante sucio y maltratado, nunca me habían descuidado tanto. Por lo general, vienen en cada cambio de estación pero este último año, ni una vez y debo decir que me parece una total falta de respeto teniendo en cuenta mis años de servicio. No digo mi edad porque eso francamente es lo de menos… vamos que estoy hecho un toro, lleno de vida, ¡Si señor!. Pero volviendo al tema, decía que alguien de mi categoría no puede estar tan impresentable. Presentaré mi queja formal mañana mismo.
En eso, a lo lejos se divisa una luz, claramente remecida por las olas. Sabe que se acerca al ver que el destello se hace más intenso. Es entonces cuando él se convierte en amo y señor, con su juego de luces que, a manera de canto, como las sirenas a los marineros, busca atraer a esa pequeña embarcación que ya aparece en el horizonte.
- Buenas noches señorita, ¿Ha sido su viaje placentero?
- ¿Eh? – exclama confundida- Señor, disculpe, estamos en medio de una tormenta y usted me pregunta si ha sido un viaje placentero?
- Tiene usted razón pero por más tormenta que haya, uno no debe perder la educación y los modales. Así que le vuelvo a preguntar. ¿Tuvo un viaje placentero?
- No señor - Ironiza- ha sido un viaje realmente horroroso pero gracias por preguntar
- Vaya… parece usted un poco enfadada. Es extraño, por lo general todas las embarcaciones, cuando anclan en la orilla, suelen estar muy contentas de verme.
- Bueno, en primer lugar yo no soy “todas las embarcaciones” y en segundo lugar, no debería estar aquí sino en casa. Y ahora si me disculpa quiero tratar de descansar
Mientras él continúa con su discurso casi sin respiro, la barca lo observa como si comprendiera finalmente. Sus ojos se tiñen de cierta lástima. Espera hasta que él termine para añadir:
- Pues yo vengo de tres lunas, un pueblito pequeño al sur oeste de aquí- El, ahora guarda silencio por primera vez- salgo a pescar a diario y siempre vuelvo a casa por las tardes, así que lamento no tener muchas historias que contarle de tierras lejanas o mares distintos.
Ambos guardan silencio un instante. La altivez del anfitrión nocturno se diluye ligeramente. Ella entonces le pregunta:
- ¿Cada cuanto tiempo aparece una embarcación por aquí?
Acostumbrado a vivir de esos esporádicos encuentros y sin embargo, esa noche él se siente raro. No deja de pensar en esa última conversación mientras lanza sus luces intermitentes al horizonte.
- Soledad: Carencia voluntaria o involuntaria de compañía. Pesar y melancolía que se sienten por la ausencia, muerte o pérdida de alguien o de algo… uhm…nueva palabra para mi colección.
Comienza amanecer y él, que por lo general suele mostrarse animado por estar próximo a acabar el turno, luce por el contrario pensativo y nervioso. Trata varias veces de limpiar su traje ajado y sucio. En eso ve que la barca se presta a zarpar.
- ¿Me permite hacerle una última pregunta?
La ve alejarse por el horizonte y por primera vez en todos esos años, sus luces oscilan sin fuerza…
- Uhm… tenemos mar embravecido. Bueno, mejor para mí, eso seguramente hará que alguna barca encalle en la orilla. Eso espero. Son muchas las noches sin ver un alma y comienzo a aburrirme. ¡Dios mío! Pero si tengo el traje bastante sucio y maltratado, nunca me habían descuidado tanto. Por lo general, vienen en cada cambio de estación pero este último año, ni una vez y debo decir que me parece una total falta de respeto teniendo en cuenta mis años de servicio. No digo mi edad porque eso francamente es lo de menos… vamos que estoy hecho un toro, lleno de vida, ¡Si señor!. Pero volviendo al tema, decía que alguien de mi categoría no puede estar tan impresentable. Presentaré mi queja formal mañana mismo.
En eso, a lo lejos se divisa una luz, claramente remecida por las olas. Sabe que se acerca al ver que el destello se hace más intenso. Es entonces cuando él se convierte en amo y señor, con su juego de luces que, a manera de canto, como las sirenas a los marineros, busca atraer a esa pequeña embarcación que ya aparece en el horizonte.
- Buenas noches señorita, ¿Ha sido su viaje placentero?
- ¿Eh? – exclama confundida- Señor, disculpe, estamos en medio de una tormenta y usted me pregunta si ha sido un viaje placentero?
- Tiene usted razón pero por más tormenta que haya, uno no debe perder la educación y los modales. Así que le vuelvo a preguntar. ¿Tuvo un viaje placentero?
- No señor - Ironiza- ha sido un viaje realmente horroroso pero gracias por preguntar
- Vaya… parece usted un poco enfadada. Es extraño, por lo general todas las embarcaciones, cuando anclan en la orilla, suelen estar muy contentas de verme.
- Bueno, en primer lugar yo no soy “todas las embarcaciones” y en segundo lugar, no debería estar aquí sino en casa. Y ahora si me disculpa quiero tratar de descansar
- ¿Usted sabe lo que significa “sublime”?
- ¿Perdón?
- Sublime, emoción estética que produce lo bello cuando va acompañado de grandiosidad o elevación inabarcables para el entendimiento. ¿Acaso no es una bella palabra? ¿Y que me dice de la definición? Más bella aún ¿Verdad?- Ella lo mira extrañada- Entonces puedo decirle ahora que es usted de una belleza sublime.
La barca hace silencio, con gesto alucinado por el extraño personaje.
- Y entonces yo tengo ahora que darle las gracias por el piropo y caer rendida a sus pies ¿Verdad?
- ¡Por supuesto!- Exclama con seguridad - ¿No me va ha preguntar porque le he dicho el significado antes de lanzarle el piropo?
- ¿Eh?...buen…
- Resulta que como tengo la costumbre de emplear una que otra palabra difícil, mis piropos no eran entendidos. Desde que me percaté de esa situación, ahora me aseguro de que lleguen con claridad.
- Y.. supongo que le ha dado muchísimos resultados
- Oh si… muchos la verdad
- Curioso ¿No?, porque entonces, esta orilla debería estar atiborrada de barcas y no veo ninguna. Es más, desde hace meses se hablaba que usted señor ya no habitaba por aquí
- Burdo: Tosco, grosero, sin delicadeza. ¡Que mentira más burda! Acaso no me ve, hecho un toro, rebosante de vida. Perdón, rebosante: Haber o tener mucho de algo. Y en cuanto a lo de la playa vacía…- Mirando a todos lados- Eso es porque las barquitas…usted debería saberlo, siempre tienen algo que hacer. Nunca se detienen por mucho tiempo. En realidad hacemos una especie de trueque, ¿sabe? yo las seduzco con palabras hermosas y ellas me cuentan sus historias
- ¿Historias?
- Si, de esas tierras lejanas que visitan, de si la luna se ve igual o de si el color del mar es el mismo…- Debe ser muy aburrida su vida señorita
- No, si tengo alguien que me espera todos los días
- Oh… entiendo
- Bueno… no muy seguido en realidad… A veces no veo una en meses
- Pues eso si que debe ser muy aburrido y triste, estar solo tanto tiempo… - El la mira y guarda silencio – Buenas noches señor
- Buenas noches señorita
Acostumbrado a vivir de esos esporádicos encuentros y sin embargo, esa noche él se siente raro. No deja de pensar en esa última conversación mientras lanza sus luces intermitentes al horizonte.
Comienza amanecer y él, que por lo general suele mostrarse animado por estar próximo a acabar el turno, luce por el contrario pensativo y nervioso. Trata varias veces de limpiar su traje ajado y sucio. En eso ve que la barca se presta a zarpar.
- Dígame
- ¿Quién la espera todas las tardes?
- Un faro- Le sonríe – Buena suerte..
La ve alejarse por el horizonte y por primera vez en todos esos años, sus luces oscilan sin fuerza…
- Uhm creo que tengo que cambiar mi discurso y prepararme bien… ¡Si! Además cuento con mi encanto natural después de todo. ¿Que es eso?, parece que alguien sube, Vaya ya era hora que se acordaran de mi. ¡Irresponsabilidad: no cumplimiento de un acto u obligación!- Exclama alzando la voz- A ver si ahora me cambian de traje, así estaré más presentable y podré convencer a una de esas barquitas para que se quede conmigo. ¿Pero que es eso? ¿De donde salieron esos enormes cangrejos amarillos que se mueven a mí alrededor? ¿Y esa pelota gigante cogida de uno para que será?... ¡Auuu! Pero si me ha hecho un agujero en el estómago. Sepa usted que me va tener que componer el traje antes de mi cita. ¡Oigaaaa!
3 comentarios :
Triste, pero tierno
me gusto
Finalmente has logrado que me animara a comentarte públicamente, bien sabes q no es algo q me resulte fácil o cómodo de hacer, pero los dos escritos q has dejado han hecho imposible mantener mi silencio característico.
La soledad es como ese amante al q adoramos y deseamos locamente por momentos y odiamos y aborrecemos en otros.
Cuando la luna se esconde es bueno dejar q los nuevos vientos la despejen
Silvia, vaya sorpresa y fíjate que pensé que mi poder de persuasión había desaparecido por completo. Gracias por salir a la luz y también por el texto del otro día.
Un beso
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