Fragmentos literarios IV

"...¿Me despertaré dentro de algunos meses, dentro de algunos años, roto, decepcionado, en medio de nuevas ruinas? Quisiera ver claro en mí antes de que sea demasiado tarde..."

"...Me acerqué: era una hoja rayada, sin duda de un cuaderno de escuela. La lluvia la había empapado y retorcido; estaba llena de granitos e hinchazones como una mano quemada. La línea roja del margen, desteñida, había dejado una sombra color de rosa; la tinta estaba corrida en algunos lugares. La parte inferior de la hoja desaparecía bajo una costra de barro. Me incliné; ya me regocijaba pensando en tocar la pasta tierna y fresca que formaría entre mis dedos bolitas grises... No pude.
Me quedé agachado un segundo; leí: “Dictado: El búho blanco”, después me incorporé con las manos vacías. Ya no soy libre, ya no puedo hacer lo que quiero. Los objetos no deberían tocar, puesto que no viven. Uno los usa, los pone en su sitio, vive entre ellos; son útiles, nada más. Y a mí me tocan; es insoportable. Tengo miedo de entrar en contacto con ellos como si fueran animales vivos.
Ahora veo; recuerdo mejor lo que sentí el otro día, a la orilla del mar, cuando tenía el guijarro. Era una especie de repugnancia dulzona. ¡Qué desagradable era! Y procedía del guijarro, estoy seguro; pasaba del guijarro a mis manos. Sí, es eso, es eso; una especie de náusea en las manos..."


"...Me voy, me siento vago. No me atrevo a tomar una decisión Si estuviera seguro de tener talento... Pero nunca, nunca he escrito nada de este tipo; artículos históricos, sí. Un libro. Una novela. Y la gente leería esa novela y diría: la escribió Antoine Roquentin, era un individuo pelirrojo que se arrastraba por los cafés; y pensarían en mi vida como yo pienso en la de esa negra: como en algo precioso y semilegendario. Un libro. Naturalmente, al principio sólo sería un trabajo aburrido y fatigoso; no me impediría existir ni sentir que existo. Pero llegaría un momento en que el libro estaría escrito, estaría detrás de mí y pienso que un poco de su claridad caería sobre mi pasado. Entonces quizá pudiera, a través de él, recordar mi vida sin repugnancia. Quizá un día, pensando precisamente en esta hora, en esta hora lúgubre en que espero, con la espalda agobiada, que llegue el momento de subir al tren, quizá sienta que el corazón me late más rápidamente, y me diga: fue aquel día, aquella hora cuando comenzó todo. Y llegaré —en el pasado, sólo en el pasado— a aceptarme..."


Fragmentos de "LA NAUSEA"
Jean Paul Sartré
1938

Entrada publicada por SYD708 el jueves, 27 de mayo de 2010 .
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3 comentarios :

SYD708 dijo... | 27 de mayo de 2010, 2:52

Este es otro de mis libros favoritos. Recuerdo haberlo leido en el verano de 1990. Con veinte años, mi cabeza no paraba nunca de cuestionarlo absolutamente todo y este libro me cayó como anillo al dedo.

No es precisamente una novela de muchas acciones, esas donde pasan muchas cosas, es mas bien una historia contada en primera persona que sirve de pretexto para filosofar sobre el existencialismo de las cosas y las personas.

Segun mi propia percepción, se centra en la descripcion minuciosa de cosas simples y descubre detras de esa aparente simplicidad, la complejidad y la absurdidad de la vida misma.

Seguramente no es un libro que atraiga a mucha gente pero si a quienes, como yo, suelen pensar y analizar y volverse locos con las cosas mas insospechadas.

Anónimo dijo... | 27 de mayo de 2010, 8:25

Al leer la primera frase ya me sonaba de algo , al ver la foto de Sartre me dio un vuelco al corazon, sus libros me acompañaron en mi viaje de octuubre.
Como siempre, y mas en este libro, Sartre analiza hasta el minimo detalle, buscando ver mas alla de las apariencias, preguntandose cual es el sentido de cada movimiento, llegar al mas profundo de los seres humanos
Me provocaste volver a leerlo y retomar los libros de Simone De Beauvoir
Un beso
Neblina

Tatana dijo... | 5 de junio de 2010, 11:48
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