Cronica de una semana cualquiera (1era parte)

Un Lunes cualquiera 7:00 am

Que rico es el café con leche aquí, no sabe como allá y el sándwich de queso derretido… en esta mañana húmeda, sentir algo caliente abrigando el cuerpo es como la última tregua que tengo antes de enfrentar un inicio de semana. Desayuno mientras escucho en la radio un debate sobre si se debe legalizar el matrimonio gay, así como hace poco sucedió en Argentina. Es al escuchar las opiniones de quienes llaman, que el hechizo de un relajante desayuno se acaba, para dar paso a la indignación y luego a una profunda vergüenza ajena. En otras palabras, dicen que: nos quemen en la hoguera por herejes; que no debemos tener hijos porque vamos a formar desviados (como si nosotros no fuéramos, en su mayoría, hijos de heterosexuales) o que en vez de que se gaste tiempo discutiendo en como un grupo de degenerados legalizan sus “orgias” (habría que regalar diccionarios a muchos), deberían mandarnos a un psicólogo para que nos “curen la enfermedad”… y no sigo porque es francamente asqueroso recordar esas voces de gente que se hace llamar culta y educada. Sin embargo no puedo evitar sentirme triste porque a pesar de estar avanzando, falta demasiado para dejar de ser una sociedad retrograda y medieval y creo (cada vez más) que ya no llegaré a verlo.

Un martes cualquiera 8:00 am

¿Qué? ¿Todavía no es viernes?

Un miércoles cualquiera 4:00 pm

Sentada en mi escritorio, miro la pantalla de mi portátil y mi mente pareciera haber entrado en huelga. Tengo unos veinte y cinco correos con banderita roja que resolver… pero yo hoy, estoy en otra. Mis ojos se posan en dos cajitas que contienen mis nuevas tarjetas de presentación: rojas, blancas y grises, muy pijas ellas y debajo de mi nombre dice: Gerente de proyectos. Levanto una ceja. Suena como que muy, muy, pero eso es lo que soy ¿no? … a veces miro con recelo este éxito tan repentino y más aquí, en un lugar del que me fui hace cinco años porque no podía ni respirar. (Aún me cuesta pero debo admitir que un poco menos) Actualmente sufro un literal “acoso” de todos los bancos ofreciéndome créditos hipotecarios, tarjetas, etc y me siento de pronto tan vulnerable ante todas las entidades financieras del país, saben que cosa debo, que cosa compro, que cosa pago. Yo me pregunto ¿dónde quedó la privacidad? …Mi depa es muy lindo, el doble de área de la casita donde vivía en el UK y es que el espacio aquí todavía no es tan caro como en Europa. Tiene balconcito desde donde, (si se saca lo suficiente la cabeza claro), se puede ver el mar (hace un frio del carajo también por ello). Aun no tengo el salón amoblado y faltan muchas cosas todavía pero… decidí regalarme un auto nuevo. Hace poco me dije: A la mierda, creo que me lo merezco. Dicen que diez días útiles para tener mi todo terreno gris estacionado en mi cochera (eso espero…) Sonrío al recordar que alguna vez escribí que uno de mis personajes se compraba un coche para pasear a su perro, pues… digamos que cuando llegue mi perrito tendrá un súper coche donde ir conmigo a la playa (No es lo mismo pero es igual) ¡ay mi perro!, no veo las horas de que llegue ya el día de ir a recogerlo… esto es grave señores, creo que estoy pasando por una especie de crisis senil prematura. Si supieran que muchas veces que no escribo es porque estoy viendo embobada videos en youtube sobre cachorros Beagle, me paseo por el súper mirando camitas para un perro que aún no tengo y se me cae la baba; viene T, mi sobri precioso y me canta una canción donde dice que soy la más linda del mundo y muero en el acto, veo el Rey León por cuarta vez con él y termino con el lagrimón ahí , decidiendo si quedarse en mi ojo o chorrear desmesuradamente por mis mejillas… en fin creo que es hora de dejarme de tonterías y volver a mis reportes…

Un jueves cualquiera 1:30 am

La neblina empieza a bajar y a borrarlo todo, casi como mis pensamientos se borran despacito con los últimos rezagos de alcohol en mi sangre. Saliendo de una fiesta de cumpleaños, paso caminando por el parque de Barranco en busca de un taxi y mientras lo hago, tijeretazos de recuerdos me atacan sin piedad. De un local sin respeto, llega una salsa horrorosa invadiendo mi cuerpo adormecido. Miles de carteles estridentes, lucecitas que se encienden y se apagan afeando la plaza. Me parece de pronto estar en medio de un lugar totalmente distinto, ajeno… Miro hacia todos lados y resuenan en mi memoria, las risas de mis amigos que ya no están, esos besos robados en la inmediaciones del mercado por la noche, las carreras por el boulevard hasta el puente para ver el mar… Enciendo un cigarrillo y camino un buen rato, sintiendo el viento helado en mis mejillas que me devuelven la sobriedad mientras soy testigo silenciosa, de cómo esos recuerdos asociados a estas esquinas, son irremediablemente borrados por la espesa bruma del tiempo…

Un Viernes cualquiera.. Aun no llego a eso

Entrada publicada por SYD708 el viernes, 30 de julio de 2010 .

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