Deja por un momento
la rutina aplastante
de esa vida que no quieres
y piérdete conmigo,
en una carretera sin destino,
donde sea el viento quien nos guíe
y el sol no se nos escape.
Guarda en un cajón,
esa tristeza anquilosada
(al menos un ratito)
y ven conmigo,
a un lugar sin nombre,
donde el tiempo no exista
y los recuerdos no nos alcancen.
Sin miedos…
ni reglas...
Sin deudas...
ni promesas...
ni reglas...
Sin deudas...
ni promesas...
Atrévete...
a escribir otra historia.