Soy la gran soberana de mis catástrofes, intentando
tragarme de a pocos este dolor descarnado, con la amargura de saber que cosecho
lo que yo misma sembré. Veo los pedacitos de mi alma desperdigados a mi
alrededor y no sé por dónde empezar a pegarlos. Quiero dar pelea, como hice
siempre pero, este agujero negro, que se me va agrandando en el pecho, succiona
mis fuerzas con un apetito atroz, me agota, me rinde, parece que solo supiera llorar como una
reverenda imbécil. Quiero gritar y solo se escucha el silencio, como una voz
ahogada en el recuerdo de todo lo que hasta ayer… insistía en creerse.
Camino cuesta abajo, lo presiento, es mi hora…
de caer,
de arrastrarme en el fondo de la cloaca como un animal maldito y terminar de sangrar este corazón viejo y cansado.Y mientras emprendo nuevamente este viaje nefasto pero ineludible, solo una frase resuena en mi cabeza o quizás dos:
Como pude equivocarme tanto…
Como pudimos…
de caer,
de arrastrarme en el fondo de la cloaca como un animal maldito y terminar de sangrar este corazón viejo y cansado.Y mientras emprendo nuevamente este viaje nefasto pero ineludible, solo una frase resuena en mi cabeza o quizás dos:
Como pude equivocarme tanto…
Como pudimos…