Fragmentos Literarios III

Todo mi ser se distendió y crispé la mano sobre el revólver. El gatillo cedió, toqué el vientre pulido de la culata y allí, con el ruido seco y ensordecedor, todo comenzó. Sacudí el sudor y el sol. Comprendí que había destruido el equilibrio del día, el silencio excepcional de una playa en la que había sido feliz. Entonces tiré aún cuatro veces sobre un cuerpo inerte en el que las balas se hundían sin que se notara. Y era como cuatro breves golpes que daba en la puerta de la desgracia.

Todo comenzó después de la primera y única visita de María. Desde el día en que recibí su carta (me decía que no le permitían venir más porque no era mi mujer), desde ese día sentí que la celda era mi casa y que mi vida se detenía allí.

En ese momento y en el límite de la noche, aullaron las sirenas. Anunciaban partidas hacia un mundo que ahora me era para siempre indiferente. Por primera vez desde hacía mucho tiempo pensé en mamá. Me pareció que comprendía por qué, al final de su vida, había tenido un «novio», por qué había jugado a comenzar otra vez. Allá, allá también, en torno de ese asilo en el que las vidas se extinguían, la noche era como una tregua melancólica. Tan cerca de la muerte, mamá debía de sentirse allí liberada y pronta para revivir todo. Nadie, nadie tenía derecho de llorar por ella. Y yo también me sentía pronto a revivir todo. Como si esta tremenda cólera me hubiese purgado del mal, vaciado de esperanza, delante de esta noche cargada de presagios y de estrellas, me abría por primera vez a la tierna indiferencia del mundo. Al encontrarlo tan semejante a mí, tan fraternal, en fin, comprendía que había sido feliz y que lo era todavía. Para que todo sea consumado, para que me sienta menos solo, me quedaba esperar que el día de mi ejecución haya muchos espectadores y que me reciban con gritos de odio.








Fragmentos del
"Extranjero" de
Albert Camus 1942
Entrada publicada por SYD708 el lunes, 29 de marzo de 2010 .
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2 comentarios :

Neblina dijo... | 29 de marzo de 2010, 9:36

De los libros suyos que lei este sin duda es el mejor.
"Comprendí que había destruido el equilibrio del día" talvez el de toda su vida. Rompio la linea de la estagnacion y llego al aislamiento total.
Gracias por llevarme de nuevo a su mundo

Tita la mas bonita dijo... | 30 de marzo de 2010, 13:22

Pero no todo es color de rosa, ¿recibir gritos de odio?, es un fragmento corto y duro! Pero como todo en tu blog merece ser leído con el cristal literario, de pronto con mas razones gramaticales que emocionales!!
Un besito marino!